El incremento de la tensión en el mar de China Meridional: motivos y perspectivas
El mar de China Meridional ha experimentado un incremento significativo en las tensiones geopolíticas en los últimos años. Este espacio marítimo es uno de los puntos estratégicos más importantes del planeta, tanto por razones económicas como políticas y militares. Diversos factores, como la disputa por territorios, recursos naturales y rutas comerciales, contribuyen a la complejidad del escenario actual. A continuación, se analizan en detalle las causas principales y las implicaciones de este fenómeno.
Intereses estratégicos en juego
El mar de China Meridional abarca una superficie aproximada de 3,5 millones de kilómetros cuadrados y es clave para el comercio mundial. Más del 30% del tráfico marítimo global atraviesa sus aguas, lo que equivale a cerca de 5 billones de dólares anuales en mercancías. Además, existen reservas importantes de hidrocarburos, con estimaciones de hasta 11.000 millones de barriles de petróleo y 190 billones de pies cúbicos de gas natural. Estos recursos potencian la competencia entre los países ribereños: China, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunéi e Indonesia.
China ha ampliado su influencia a través de la creación de islas artificiales y la transformación militar de arrecifes, como en las áreas de las islas Spratly y Paracel. Pekín reafirma su dominio sobre casi el 90% del mar, apoyándose en la llamada Línea de los Nueve Guiones. No obstante, la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya anuló este reclamo en 2016, respaldando en parte a Filipinas. A pesar de todo, China ha desestimado la resolución y sigue construyendo infraestructuras de carácter militar.
Conflictos territoriales y fricciones políticas
Cada país sostiene reclamos sobre diferentes archipiélagos e islotes, a veces superpuestos, lo que provoca incidentes frecuentes en la zona. Vietnam refuerza sus posiciones en las islas Spratly y manifiesta su rechazo a la presencia china. Filipinas, por su parte, ha denunciado múltiples veces incursiones de buques y la retirada de barreras colocadas por China para obstaculizar el acceso a áreas pesqueras tradicionales, como en el Banco de Scarborough.
En Filipinas, asegurar el acceso para sus pescadores y salvaguardar su soberanía son aspectos primordiales. El gobierno filipino ha solicitado la ayuda de Estados Unidos, que de acuerdo con el Tratado de Defensa Mutua, está obligado a apoyarlos en caso de enfrentamiento bélico. Las patrullas conjuntas de ambos países, junto con Japón y Australia, han aumentado el malestar en Pekín y han provocado maniobras militares como respuesta.
La cuestión de los bienes naturales
El mar de China Meridional es fundamental no solo por sus hidrocarburos, sino también por la riqueza pesquera que posee. La pesca artesanal en las comunidades costeras de Filipinas y Vietnam está en riesgo debido a la explotación excesiva y las restricciones impuestas por China. Los casos han aumentado: en 2023 se informaron cerca de 500 “intimidaciones” a embarcaciones filipinas, según reporta el Gobierno de Manila. Esto genera pérdidas económicas y desgasta la confianza entre los países afectados.
Además, la extracción de gas y petróleo en zonas en conflicto ha provocado incidentes de hostigamiento hacia plataformas y embarcaciones de exploración. Un caso es la obstrucción de las operaciones de una compañía filipina en el Banco Reed por barcos chinos, una situación que también ocurre en áreas próximas a Vietnam y Malasia.
Influencia global y carrera de armamentos
El incremento de la presencia estadounidense responde tanto al tratado con Filipinas como a la voluntad de garantizar la “libertad de navegación”. Barcos de guerra estadounidenses cruzan periódicamente la zona, lo que China considera una provocación. Otros actores, como Australia, Japón, Reino Unido y Francia, también han desplegado naves para patrullas disuasorias.
Paralelamente, la inversión en defensa se ha disparado: Filipinas firmó en 2023 contratos para la compra de fragatas y misiles antibuque, mientras que China refuerza su flota naval y aérea en la región. La posibilidad de errores de cálculo, como colisiones o choques entre barcos, incrementa el peligro de incidentes mayores.
Función del derecho internacional y la diplomacia
Aunque se han efectuado resoluciones a nivel internacional y se hace énfasis en la necesidad de conversación, las posiciones continúan siendo divergentes. China sostiene su perspectiva histórica sobre soberanía y desestima las decisiones desfavorables. Los países del sudeste asiático procuran coordinarse mediante la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), pero no logran una postura común debido a los diversos intereses y conexiones con Pekín.
Los esfuerzos para acordar un Código de Conducta en el mar de China Meridional progresan con lentitud y sin resultados obligatorios. La disputa se combina con el incremento de la competencia global entre Estados Unidos y China, y la región actúa como un «campo de pruebas» para nuevas dinámicas de poder.
Una zona controvertida que demuestra conflictos globales
La creciente tensión en el mar de China Meridional es el resultado de intereses económicos, rivalidades territoriales y aspiraciones de poder. La confrontación combina la pugna por controlar recursos y rutas comerciales clave, la defensa de soberanía nacional y la búsqueda de influencia internacional. El futuro de la región dependerá en buena medida de la capacidad de los actores implicados para gestionar el conflicto de manera diplomática y evitar que los numerosos incidentes escalen a episodios de confrontación directa. La observación atenta de este enclave seguirá siendo fundamental, pues en él se reflejan no solo las tensiones regionales, sino también las tendencias de la política global en el siglo XXI.